lunes, 25 de febrero de 2019

La necesidad de escribir bien




-Ponga la coma Fernando, no se la coma.

Era la frase de mi maestra de segundo grado, la señorita Eloísa. Valla como amaba aquella clase, me gustaba su voz, su elegancia al hablar, su tono, su energía.

Nunca podremos entender en toda su dimensión el poder de la palabra, cuando guiadas por un espíritu inquieto, sentimos esa gloriosa necesidad descriptiva de todo cuanto nos rodea, el estímulo de detallar los eventos cotidianos y el poderoso efecto de lo que decimos a través de lo que escribimos.

Desde la intención, la narración y el sentimiento, escribir y hacerlo bien crea una satisfacción para quien detalla ó encuentra estímulo en escribir acerca de un tópico. Aun los “no lugares”1, necesitan una descripción narrativa. Aun la imagen con todo y su poderoso efecto mediático, necesitan también una descripción de letras y consonantes que la modelen y definan su significado específico para una adecuada circunstancialidad.

Tal vez a lo que nos enfrentamos en la actualidad no es a la apatía a leer, sino que este encuentro cotidiano no es entendido, y el lector común pierde interés y por consecuencia se limita a lo está delante de sus ojos, muchas veces efímero.

La infoxicación, cansa y ofrece demasiadas posibilidades, a tal punto que no se disfruta “meterse en la mente de otro” que debe ser la intención de todo lector, esto es salir de sus fronteras geográficas y mirar a través de otros ojos el mundo y su dinámica.

Escribir bien detalla un evento en la historia, comunica la circunstancia y su pertinencia humana. Escribir bien es la psiquis del lenguaje entre humanos. Escribir bien es el idioma del corazón humano. Escribir bien es una urgente necesidad que no pasa de moda. Escribir bien es revolucionar el sistema. Escribir bien es una protesta bien pensada, escribir bien…es la vida misma.

Comunicadores sociales somos los misioneros del sentido común, la voz del que no la tiene ó se la apagaron y los mismísimos fabricantes de la historia.




1Una Antropología de la Sobremodernidad de Mark Auge

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