jueves, 23 de julio de 2020

Aceptar todo cuanto digan...


...los expertos sobre un asunto relacionado con la teología, basándonos en lo poco que sabemos nosotros  y confiando  en la erudición que poseen ellos, podría constituirse en un acto de ignorancia o incluso de idolatría; y eso por dos razones: La primera  porque la erudición no garantiza necesariamente la espiritualidad ni el discernimiento espiritual del que la posee. La segunda porque si la erudición fuera el medio para conocer la verdad de Dios, no habría tanta discrepancia entre los eruditos, e incluso  oposición de unos contra otros en sus posiciones e interpretaciones teológicas.

Pongamos por caso las distintas escuelas teológicas existentes. Cada quien tiene de su parte a sus eruditos defendiendo cada una de sus posiciones; y a veces, con celo y agresividad manifiesta.  O, pongamos por ejemplo a los eruditos y expertos que forman parte del  “Jesus Seminar” (Seminario Jesús) alguno de los cuales fueron en su día creyentes en las Escrituras y en el Jesús del Nuevo Testamento. Nadie podrá ignorar su nivel académico y, sin embargo, podemos ver la cantidad de afirmaciones que realizan,  contrarias a las Escrituras y a la persona misma del Señor Jesús. Ante esa realidad sería mejor no tener tanta erudición y usar de todas las herramientas que tenemos a la mano, para conocer todo lo referente a las Escrituras y su interpretación.  Pero sobre todo tener el ferviente deseo de conocer al Dios que las inspiró y hacer su voluntad, estando dispuestos a cambiar nuestra forma de pensar y de vida. Con esa disposición de corazón, sin duda seremos asistidos por el poder iluminador del Espíritu Santo. No hay asunto ni tema mayor, ni mejor, del cual el creyente pueda ocuparse que el de conocer al Señor y hacer su voluntad.

Fue el Señor Jesús quien dijo: “El que quiere hacer la voluntad de Dios conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta” (J.7.17)

Dicho lo cual, sería un acto de soberbia rechazar la erudición, dado que cada día nos beneficiamos de ella, en muchos sentidos. Más bien agradezcamos al Señor por cada uno de los hermanos y hermanas que dedicaron gran parte de su vida para estudiar y poder transmitirnos los conocimientos que muchos de nosotros no hemos podido alcanzar por nosotros mismos. 
By Ángel Bea.