No existe nada más en este mundo que nos importe más que exaltarte
hermoso Rey. Tú nos creaste a tu imagen y semejanza. Para tú gloria.
Tú,
solo tú, no hay otro nombre al cual debemos inclinarnos. Solo tú eres digno de
total confianza y merecedor de adoración.
Solo
tú debes recibir tanta alabanza, tus misterios revelados en la creación son
evidencia de tu infinito amor y poder.
No
hay otro como tú, eres indescriptible y tan magnífico. Eres único y soberano.
Grande y sublime. Eterno y lleno de misericordia.
Solo
tu gran amor nos acoge en esta hora incierta de la historia. Solo tu inmenso
cariño nos protege como bien preciado, escondidos en la palma de tus manos.
Nuestra
memoria evoca tus grandes obras, tus hazañas para proteger a tus escogidos y
tus planes perfectos para cada uno.
Nuestro corazón te presentamos y nuestros
pensamientos también, con el único propósito de hallar placer en nombrarte,
buscarte y encontrarte.
Te
adoramos Señor Eterno y Sublime. Dios Omnipotente!
-PHES.