Hace poco tuve una amena charla sobre la influencia musical.
A la pregunta ¿Qué bandas te han influenciado? puede
contestar sin dudar: Jethro Tull. Rush. Deep Purple. Petra. Death. Antestor.
Vaakevandring. Crimson Moonlight, Dynasty. Entre otras.
Cada banda tiene esa particularidad de tocar las fibras de tu
alma, de tu ser entero y depositar allí mismo en el asiento de la
espiritualidad humana una marca que se queda contigo durante toda la
experiencia terrena.
Podemos ir caminando, cumpliendo el sentido biológico de
nuestra existencia y a la vez percibir los destellos de la espiritualidad sobre
nosotros. Esa sensación de que estamos para algo más aquí en la tierra que solo
existir vagamente. Un llamado divino. Un propósito eterno. Dios.
Cuando hablo de influencia, no solo me refiero a música. Eso es
algo vital para mí, pero talvez para otros no tanto. También me refiero a
influencia en el sentido de que libros hemos leído, que líderes nos han
influenciado y en mi caso muy personal que predicadores han impactado mi vida.
Puedo recordar a muchos y vienen a mi memoria en este mismo
instante varios nombres. Roberto Almeida
da Souza. Yiye Ávila. Charles Stanley. Charles R. Swindoll.
Carlos Chico G. Fabián Cabezas. Y recientemente Pablo Jiménez Rojas.
Una
suerte variopinta de experiencias detrás de escucharlos tras muchos años. Tips
de vida, consejos prácticos y erudición edificante. Ser salvado de la muerte. Experimentar
aliento y esperanza. Sentir el dedo divino apuntándome directamente al pecho. Y
la exhortación constante y ruidosa a vivir una vida que valga la pena.
Es
notorio hasta aquí que todos recibimos influencia de todo cuanto nos rodea, sea
para bien o para mal. Y también que existe un momento de quiebre en nuestras
vidas que sirve como parte aguas para decir -hasta aquí llegué. Quiero ser
diferente. Una persona totalmente nueva y marcar la diferencia-.
Los
únicos que sin mentir ni exagerar saben a ciencia cierta cada una de las vicisitudes
que nos a tocado vivir y la influencia a la que hemos estado expuestos, somos
nosotros mismos. Aun en un intento de querer editar aquellos “errores” sabemos
que no podemos autoengañarnos. El trabajo de la conciencia esta allí, con
nosotros, todos los días. Cada segundo y minuto cobra sentido a la luz del juicio
interno, el que ocurre allí donde se produce la vida espiritual.
A
todo esto, personalmente, lo he llamado bocados del cielo. Destellos a veces
opacados por nuestra incertidumbre e incredulidad, para evitar recibir la gratificación
que nos espera cuando tomamos en serio a Jesucristo y le entregamos el control
de nuestras vidas de una vez por todas y para siempre.
Son
bocados del cielo, porque se trata de intervenciones divinas como si fuesen
señales de tránsito advirtiéndonos lo que va a suceder mas adelante en nuestras
vidas y Dios mueve toda su Saviour Machine para rescatarnos de la miseria y
desilusión.
Son
bocados divinos que nos adelantan como será la vida futura cuando todo termine
y seamos totalmente perfectos. Cuando ya no exista tristeza ni llanto, sino
constante alegría.
Pero
en medio de todo este maremágnum, hay una pregunta que nace y ocurre para no
dejarnos tranquilos:
¿Qué
influencia esta marcando mi estilo de vida?
El
gran Elvis empezó su vida en un contexto de iglesia, pero la fama lo atrapó. Freddy
Mercury a quienes muchos admiramos por sus registros vocales únicos, murió sin
recibir la influencia de sanidad que da Cristo.
Muchos
artistas que nos influencian en la actualidad por su profesionalismo y virtuosidad,
están marcados por una influencia que hasta allí llega, hasta ser un buen
artista, pero no pasa a mayores. Se estanca y no produce el valor que nuestra
existencia demanda. No somos seres meramente biológicos, somos espirituales e
integrales. Y la influencia de la que esta atestada el mundo en el que vivimos
no produce satisfacción completa. Le andamos buscando un relleno porque no nos
sentimos saciados.
La
influencia de unos riffs poderosos y la Biblia, se mezclan justo ahora para recordarme
las palabras de mi Maestro:
63 Solo el Espíritu da vida eterna; los esfuerzos humanos no logran nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida, 64 pero algunos de ustedes no me creen». Juan 6:63-64 NTV
Solo Cristo
satisface por entero la vida del ser humano, quien fue creado a Su imagen y
semejanza. No hay porque insistir en recibir la insana gratificación de círculos
de influencia hostiles hacia el Salvador de la humanidad, incluidos los que
amamos el arte. Toda influencia que rebaje tu dignidad debe ser rechazada con el
poder del Espíritu Santo.
No esperes a
que los años pasen y vivas una vejez de amargura.
A esto también déjame
compartirte la influencia del filósofo que marcó mi intelecto. Mi amigo de lágrimas
y desahogo, Koheleth el Predicador:
12 No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador. Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: «La vida ya no es agradable». 2 Acuérdate de él antes de que la luz del sol, de la luna y de las estrellas se vuelva tenue a tus ojos viejos, y las nubes negras oscurezcan para siempre tu cielo. 3 Acuérdate de él antes de que tus piernas—guardianas de tu casa—empiecen a temblar, y tus hombros—los guerreros fuertes—se encorven. Acuérdate de él antes de que tus dientes—esos pocos sirvientes que te quedan—dejen de moler, y tus pupilas—las que miran por las ventanas—ya no vean con claridad.4 Acuérdate de él antes de que la puerta de las oportunidades de la vida se cierre y disminuya el sonido de la actividad diaria. Ahora te levantas con el primer canto de los pájaros, pero un día todos esos trinos apenas serán perceptibles.5 Acuérdate de él antes de que tengas miedo de caerte y te preocupes de los peligros de la calle; antes de que el cabello se te ponga blanco como un almendro en flor y arrastres los pies sin energía como un saltamontes moribundo, y la alcaparra ya no estimule el deseo sexual. Acuérdate de él antes de que te falte poco para llegar a la tumba—tu hogar eterno—donde los que lamentan tu muerte llorarán en tu entierro.6 Sí, acuérdate de tu Creador ahora que eres joven, antes de que se rompa el cordón de plata de la vida y se quiebre la vasija de oro. No esperes hasta que la jarra de agua se haga pedazos contra la fuente y la polea se rompa en el pozo. 7 Pues ese día el polvo volverá a la tierra, y el espíritu regresará a Dios, que fue quien lo dio. Ecclesiastés 12:1-7 NTV
Decide por ti mismo que influencia dejarás entrar a tu
corazón y desde allí marcar tu estilo de vida.
Jesucristo está disponible para ti justo ahora.
Oremos:
“Cristo te entrego mi vida. Te pido que destruyas toda influencia
negativa en mi vida y me ayudes a ser la persona que tu destinaste que sea.
Cristo te entrego mi vida, porque mi corazón a sido conmovido
por tu presencia. Hay algo que esta pasando en este momento que no logro
entender. Pero siento que tu estas aquí, junto a mí.
Cristo creo en ti, me entrego a ti sin excusa alguna.
Con amor, aquí estoy. Amén y amén”
