Solo recuerdo estar regresando desde Cuenca (Suramérica) vía terrestre hasta Quito, era la primera vez que lo hacía de día. Más en mis adentros mientras disfrutaba escuchar Antestor (banda Noruega de metal), decía al Señor: “Señor dame una palabra para tú iglesia, ¿qué quieres que hagamos este nuevo año? … su voz tardaba en hacerse notar, mientras seguía intranquilo, el nuevo año se avecinaba y necesitaba una palabra fresca de Dios para los chicos… Dios se demoraba esta vez (al menos eso notaba). Pero en uno de esos instantes de meditación, recuerdo haber formulado una frase en mi mente, que decía más o menos así: “Señor, renuncio a mi teología, a todo lo que sé…solo quiero ser guiado por tu Espíritu”. ¿Que serían nanosegundos lo que demoró Dios en hablarle a mi corazón?
“Quiero que tengan intimidad conmigo”
En seguida dije para mis adentros en medio de este diálogo espiritual: -Pero Jesús estás seguro? No quieres que sigamos ocupándonos de la gente en la calle? Talvez lo que tenemos que insistir es en hacer unos cuantos conciertos, pero nada ocurrió, nada más dijo su voz.
Llegué a la capital, no demoré en transmitir este sencillo mensaje en nuestra reunión de oración, las chicas solo lloraban…valla Dios estaba literalmente allí!!!
Con esto en mente, no he demorado en analizar aquel día, hasta hoy me roba un poco de sueño pensando en ello.
¿Dónde nos perdimos en el camino desde la Cruz? ¿Qué es lo que verdaderamente creemos? ¿Somos discípulos de Jesús o de qué?
Recuerdo las palabras de Benny, cuando dijo, -nosotros debemos ser radicales desde el centro-.
Esto significa, para mí, que debemos en cierta manera ser como Jesús desde la Cruz, miró a ambos extremos y pensó: “Sangre desde ambas manos… lo hice…lo hice”. Todos somos importantes desde donde estamos y allí, a partir de ese contexto podemos hacer “la obra de Dios”. Ya basta de fragmentaciones inútiles y dolosas que avergüenzan Su Sacrificio.
Desde aquel viaje no soy el mismo. Que su viento recio me lleve a donde El quiera. Soy su discípulo, su esclavo por amor. Mi voluntad es que la suya sea hecha. Mi éxito que otros le conozcan, mi victoria que los metaleros lo amen. Mi corona que El sea adorado.
Un protestante reformado? Más que eso!!!
Un metodista libre? Más que eso!!!
Un metalero nacido de nuevo? Más que eso!!!
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Esto soy!!!