jueves, 9 de noviembre de 2017

Metaleros fariseos...

Ejecutar música que nos agrada siempre anima el espíritu y nos calma cualquier deseo de hacer tonterías. Es una buena oportunidad de compartir con otros y relacionarnos con una comunidad de músicos que busca transmitir su feeling.

Algunos escuchan canciones y estilos que les agradan para pasar un buen rato. Otros escuchan para inspirarse y prepararse para tomar decisiones. Algunos para escribir o leer necesitan acompañarse buenas melodías. 

Los que ejecutamos música debemos vencer obstáculos culturales, dividimos nuestra predilección y gustos personales orientándonos a buscar algo medio y equilibrado que nos agrade y también que les guste a otros. Alguien dijo en cierta ocasión que hay músicos que ejecutan solo para otros músicos y sus composiciones se tornan aburridas al oído común. 

Cuando pienso reflexiono en esto, inmediatamente pienso en los que seguimos a Cristo. Es como si quisiéramos imponer nuestros gustos de metal extremo a los demás y si se nos ofrece algo mas suave como un heavy o hard rock nos causa enojo. Todo esto esta enmarcado en los prejuicios. Los metaleros underground también somos muy prejuiciosos a la hora de relacionarnos con los demás. Tenemos esa actitud antisocial que daña nuestros relacionamientos. Definitivamente es algo que tiene que cambiar de una ves por todas.

Conocí a un camarada que se confiesa seguidor de Jesús y lo invite a la iglesia donde asistía. Resulta que fue y luego me pidió que no lo vuelva a invitar porque allí solo tocan música religiosa, muy suave. Ademas me dijo que yo sabia que el era metalero de adeveras y solo escucha metal extremo. Para no alargar la telenovela esta actitud me puso a pensar algunas semanas.

Conversaba con Dios acerca de esto y mientras los días iban y venían, resulta que este camarada me invita a un karaoke. Y mi sorpresa fue grande cuando lo vi cantando canciones populares, baladas, rancheras. Para nada me pareció mal. Era claro que se trataba de una reunión de amigos y lo mas lógico era pasarse un buen rato. 

Al igual que este entrañable camarada hay mucho religioso de negro por allí, en este mundo. Fariseos underground, aquellos que creyéndose open mind idolatran el "metal para hombres" y con sus actitudes exigen ser aceptados por otros creyentes pero siempre y cuando acepten su música extrema.

Por otro lado también conozco respetables siervos de Dios que aman y ejecutan metal extremo, coleccionan discos y t-shirts, pero también sirven a su prójimo no metalero haciendo TODO lo necesario para que estos nunca pierdan su conexión con Dios. 

Dos actitudes contradictorias en marcadas en los prejuicios que opacan el regalo divino de ejecutar música. Nuestras actitudes deben ir cambiando según dejamos a Cristo tener el control de nuestras vidas. Debemos recordad que no somos vulgares delincuentes ni nos intereza atentar la seguridad de los ciudadanos. Al contrario buscamos el bien de los demás.

Que el hecho de que nos guste el metal extremo no haga que las personas nunca quieran acercarse a Jesús y seguirle de cerca.
Los metaleros extremos también tenemos ídolos en nuestro corazón con los cuales debemos luchar para que no entorpezcan la extensión del Reino de los Cielos.


Porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas, sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo.
Romanos 14:17




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