jueves, 16 de noviembre de 2017

Demuéstrame que estas vivo!


A los 17 años, muy enojado y frustrado, grité en medio de la calle:

Dios si tu existes demuéstrame que estás vivo, Ayúdame!

Un pana metalero que se dirijía al templo me dijo: Iba a la iglesia pero Dios me dijo que venga a buscarte.

Me fui con mi pana al templo. Halle al pastor subido en una escalera pintando algo. Se bajó y me invito a su oficina. Una salita de caña bambú junto al templo con piso de tierra. No pudo hablar mucho porque empecé a llorar, a temblar y sentí que algo entró en mi y también que algo salió. Empecé a balbucear algunas palabras incomprensibles. Después de un momento el me dijo que ya no tenía nada que decirme pues Dios se le adelantó. A la semana o dos, si mi memoria no me falla, me bauticé en un río. Esta experiencia me trajo confrontaciones. Un tío dijo que no duraría mucho en aquel lugar. Mi madre me dijo que moría como su hijo y mi papi educadamente me hizo entender que tenía que irme.

Mis neuronas fueron saturadas, algo sobrenatural estaba pasando. Nunca había deseado leer tanto como ahora. Me regalaron una Biblia de color café con concordancia. Así empecé este camino de tantas aventuras, con muchas preguntas, con eventos que se salían de lo normal y con una alegría incontenible dentro de mí. Tuve que atravesar la experiencia amarga del legalismo, que mermó mi entusiasmo y circunstancias confusas propias de la edad. El dolor de la traición, el trauma del divorcio, las malas desiciones. Sin Cristo a mi lado hubiese muerto. El veneno farisaico y sus voces asesinas pueden aniquilarte y alejarte de la vida abundante que Dios nos da.

Muchos hablan de la nueva vida con Dios en función de cosas buenas y hasta exageran agregando cosas que nunca pasaron solo para legitimar su "testimonio". Pero el discipulado real es espinoso. Lo sobrenatural de Dios se mueve en medio de lo natural de nuestra vida diaria. Así aprendemos a madurar y a crecer en sabiduría.

Jesucristo es la clave de toda historia, también quiere ser el artífice de tu nueva vida. Entrégate a El, síguelo en medio de las tormentas y permanece fiel. Pues El a su tiempo demostrara Su Fidelidad y te hará llorar de alegría y brincar de agradecimiento cuando recuerdes evocando lo vivido como ha sido Su compañía, Su Poder y Su amor.

Solo el Espíritu Santo puede convencerte de la vida que estas llevando y tornar irresistible Su llamado a seguir a Cristo.

By Koheleth P.

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