Mientras otros caen en diversas tentaciones y
se quedan caídos odiándote sin razón ni sentido.
Tu no permites que yo vague herido por
el camino del odio a Tu Nombre.
Tu me amas, Tú me buscas y sanas mis heridas.
Me enseñas sabiduría y me liberas de la necedad.
Tú me acercas a tu pecho y
me abrazas con fuerza,
no me dejas contemplar a
los tercos en su desvarío infernal.
Me guardas y proteges del instinto animal,
me llevas a casa para disfrutar tu compañía.
Solo tú eres mi Dios!
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